2.14.2012

Porque te llevo en mi corazón

-¿Por qué no lo aceptas?
Me mordí el labio con fuerza hasta clavar bien los dientes y hacerme sangre.
Vi la flor en sus manos y me entró nostalgia: un clavel rojo, muy bonito por cierto, pero... significaba mucho, y yo no había pensado en nada.
-Porque no pensé que esta fecha fuera muy importante como para hacer un regalo -recuerdo haber dicho con la voz abnegada por la presión.
Lo escuché ahogar una risita y me estampó el clavel en pleno pecho. Al principio me sorprendió, no vi su expresión porque analizaba críticamente mis zapatillas (sólo para rehuir su mirada) y, claro, pensé mal. Pero en cuanto lo vi levantar las comisuras de sus labios, vi que sonreía abiertamente.
-Eso da igual, quería hacerte el regalo, y lo he hecho. Y te has puesto roja como si hubieras comido jalapeños picantes o avergonzada, cosa que era mi maléfico plan desde el principio -añadió con guasa-. Porque te ves muy mona de rojo... igual que el clavel.
-¿Y por qué no una rosa? -pregunté tomando con mucho cuidado la flor entre mis manos, ensimismada en sus pétalos interminables.
-Porque mi padre compró un montón de estos para mi madre pero resulta que a ella le gustan más las peonias, así que... -y se encogió de hombros.
Lo miré desafiante.
-De acuerdo -accedió al final-, la vi en una floristería sola y sin compañeras claveles y me dije: "Yo sé quién aceptará una flor solitaria" y pensé en ti, oh, mi solitario clavel. Además, las rosas son demasiado traicioneras,  y tú no lo eres, como un clavel: puro, perfecto y sedoso.

2 comentarios:

mientrasleo

Una entrada preciosa, vaya que si lo es.
Besos

Mocca

Qué bonitas palabras, y la imagen es preciosa :) ¡Me encanta!

¡Muchos besitos de café ♥!

Mocca

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